En anteriores artículos hemos abordado el potencial adictivo de los videojuegos. Sin embargo, dedicar nuestro tiempo a jugar no debe considerarse de forma directa un problema de adicción. En muchos casos, padres y madres muestran una especial preocupación por el tiempo que sus hijos pasan jugando. ¿Es el tiempo que dedican al juego un determinante para declarar que existe un problema con los videojuegos?
- Para saber más te recomendamos: Adicción a los videojuegos: cómo prevenir y cuándo pedir ayuda.
Claves para detectar una posible adicción al juego
En muchos casos el tiempo dedicado a jugar alarma al contexto más cercano de la persona. Esto puede ser la señal de un uso abusivo de los videojuegos. Si este es tu caso, te dejamos algunas claves determinantes para identificar el uso problemático de los videojuegos que puede derivar a un problema de adicción:
- Cambios de comportamiento: Inquietud, impaciencia e irritabilidad, especialmente cuando, por el motivo que sea, no puede jugar.
- Aislamiento y confinación: Este aspecto se refleja no solo en el tiempo que pasan jugando de manera aislada sino en el deterioro de la comunicación. Se muestran más retraídos, y reducen el tiempo que comparten con otros.
- Deterioro de las relaciones más cercanas: dejar de salir con amigos o realizar planes acordes a su edad y gustos, disminuir el tiempo que comparte con otras personas por seguir jugando.
- Alteración de rutinas: Como ir al colegio, al trabajo o descuidar obligaciones cotidianas.
- Justificación del tiempo utilizado al respecto: Utilizan la mentira y el engaño para seguir jugando o justificar sus faltas en otros aspectos de su vida.
- Abandono de otras actividades: Renuncian a actividades que resultaban gratificantes anteriormente por mantenerse en el juego.
- Incapacidad de controlar voluntariamente el uso: Alargan de manera incontrolada el tiempo que pasan jugando de acuerdo a las circunstancias o demandas del juego sin realmente disfrutar del juego.
- Cambio de hábitos de sueño o alimentarios.
¿Cómo elegir videojuegos educativos?
Los videojuegos son una de las opciones de entretenimiento más extendida y utilizada por niños y no tan niños. Elegir qué juegos introducimos en la vida de nuestros hijos puede suponer un punto clave a la hora de prevenir el uso problemático de estos. Algunas claves importantes son las siguientes:
- Antes de comprar o descargar un juego es importante informarnos correctamente sobre el contenido del juego, y que sea adecuado para la edad del jugador.
- Elegir videojuegos que estimulan la creatividad. Los juegos en los que se resuelven misterios o acertijos incentivan la capacidad creativa de los usuarios.
- Contar con videojuegos tipo “party games” en los que podemos jugar varios de forma colaborativa. De esta forma los videojuegos pueden resultar una herramienta para la relación familiar a través del entretenimiento y diversión.
- Prestar especial atención a aquellos videojuegos que contienen la posibilidad de hacer gastos inesperados. Algunos juegos permiten realizar ciertas mejoras o ganar recompensas a cambio de dinero. Estos pagos pueden no ser suficientemente claros y pasar desapercibidos para un menor ya que el cargo se realiza de forma indirecta a través de la factura telefónica.
- Descartar juegos que contengan plataformas online sociales que no se puedan supervisar. El uso de chats online dentro del juego requiere de cierta supervisión cuanto más pequeños son los jugadores. Si nuestro hijo no comprende de manera adecuada los límites y usos correctos de estos medios sociales lo mejor es restringir o controlar el uso de estos videojuegos.
¿Cómo puedo prevenir el uso incorrecto de un videojuego al que ya juegan?
La adicción a los videojuegos es un problema que, si bien puede darse en cualquier rango de edad, es más probable en niños y adolescentes. Por tanto, en estos casos es muy importante prevenir a través de la educación un posible uso inadecuado de los videojuegos. En este sentido existen diversas pautas que padres y madres pueden aplicar.
Existen algunas pautas y controles que como padres y madres podemos aplicar a la hora de que nuestros hijos hagan uso de los videojuegos.
- Procurar que se utilice para jugar una pantalla amplia y un lugar común del hogar. Una opción recomendada es utilizar la televisión del salón. De esta forma podemos evitar que nuestro hijo se recluya en un espacio privado donde no podemos prevenir que uso se hace del juego.
- Dedicar tiempo a escuchar y ver cómo reaccionan nuestros hijos a lo videojuegos. Es importante normalizar esta acción ya que los videojuegos en sí mismos no son perjudiciales. Sería muy deseable mostrar un interés genuino por la actividad. De este modo nuestro hijo puede incluirnos en la actividad, contándonos sus logros o frustraciones con el juego.
- Establecer horarios y límites de uso: es importante procurar un uso limitado de los videojuegos, restringiendo su uso por las noches ya que dificulta el sueño. Durante el juego se puede perder la noción del tiempo empleado por eso utilizar diferentes señales y establecer límites es parte fundamental a la hora de establecer un uso ajustado.
- Por último, es recomendable conocer las herramientas y plataformas a través de las que juegan nuestros hijos. En ellas existen diferentes opciones para controlar el uso y acceso de los videojuegos. Las propias videoconsolas, por ejemplo, incluyen las siguientes opciones que podemos configurar según necesidades o preferencias:
- A qué juegos se puede jugar.
- que tipo de contenidos audiovisuales necesitan de autorización.
- permiten controlar el tiempo de juego para cada usuario.
- permiten bloquear o no el modo online de los juegos.
- bloquear acceso a webs específicas.
- determinar la privacidad del usuario.
Prevenir la adicción a los videojuegos de forma indirecta
Recordemos que los videojuegos son una opción de ocio más. Para que los videojuegos no sustituyan otras formas de relación y ocio es importante que promovamos actividades y acciones con un profundo valor para nuestros hijos.
- Generar alternativas de ocio sin la utilización de pantallas y videojuegos: salidas al campo, visitas culturales, museos…
- Incentivar la práctica de ejercicio físico. Es importante encontrar una actividad deportiva que para nuestro hijo sea deseable. Si dentro de estas opciones incluimos el deporte en equipo estaremos incentivando las relaciones sociales y el compromiso social.
- Incentivar actividades sociales que incluya interacción personal con otros. Estas actividades facilitan el aprendizaje y puesta en práctica de habilidades sociales adecuadas a cada contexto.
Como padres y madres podemos realizar una acción de prevención fundamental, no solo señalando los puntos negativos y consecuencias perjudiciales de los videojuegos sino, incentivando una vida llena de acciones dirigidas a cultivar la vida que deseamos tener.