La Navidad ya ha llegado a las calles, las tiendas e incluso a nuestros buzones. Cada día nos encontramos un catálogo nuevo de juguetes y los niños tienen que decidir que quieren incluir en la carta a los Reyes Magos este año.
Es común que con la ilusión de los niños aparezca la preocupación de muchos padres. ¿Qué y cuánto regalar a los niños en estas fechas? ¿Les regalamos todo lo que piden en sus cartas? ¿Debemos hacer una selección y limitar el número de regalos?
Lo habitual es que la petición de regalos sea desmedida, y como adultos no sepamos cómo enfrentarnos a esta cuestión. Pues bien, en este proceso están implícitos dos aspectos fundamentales de la educación familiar: la gestión emocional y la fijación de límites en casa.
La gestión emocional.
Desde pequeños los niños empiezan a sentir las emociones, y como consecuencia de ello, aprenden a regularlas. La regulación se consigue con ayuda de los padres, que actúan como modelos y les deben transmitir que cada emoción es adaptativa y pueden ayudarnos a comportarnos como debemos en un momento determinado. Pero poco a poco el niño/a va adquiriendo autonomía y va aprendiendo a regular sus emociones solo.
Aprender a regular las emociones hace que vayamos aprendiendo a controlar nuestra conducta. Si los padres ayudamos a los pequeños a que éstos puedan manejarse en la frustración de no conseguir todo lo que quieren con sólo pedirlo (por ejemplo), ellos irán adaptando sus peticiones al modelo que se implante en casa. Si por el contrario, el niño obtiene todas las peticiones que haga no aprenderá que hay cosas que nos cuesta más tiempo conseguir o incluso pueden perder la motivación por las cosas que les interesan.
Por lo tanto, el proceso de regular el enfado o la tristeza por no conseguir todos los juguetes del catálogo es un esfuerzo continuo entre padres e hijos. Muchas veces tienen tantas cosas que no saben qué pedir, por eso, es clave en este momento que tengamos en cuenta regalos que verdaderamente les hagan ilusión para lograr sorprenderles, no es una cuestión de cantidad, sino de calidad.
Poner límites en los niños y en los propios padres.
Tener autoridad sin ser padres autoritarios, poner límites, establecer reglas y que se cumplan… Son claves para ayudar a los más pequeños a seguir normas que les guiarán en la convivencia con los demás en la sociedad.
Los límites dan seguridad a los niños y les hacen ver que los padres se preocupan por ellos y les ayudan a que desarrollen las habilidades necesarias para manejarse de manera correcta en el mundo que les rodea.
Por todo esto, los padres deben colaborar con sus hijos cuando escriban la carta a los Reyes Magos, ayudando a los más pequeños a hacer la elección de regalos poniendo un límite a la cantidad de regalos que pedir.
Además, los padres tienen que controlar ese impulso de querer darles todo lo que piden a los niños: “Son unas fiestas especiales así que debo darles todo lo que pueda para que disfruten”.
Por lo tanto, los mayores también tienen que gestionar las emociones, las reacciones a las peticiones desmedidas de los niños y la impulsividad ante las compras.
Entonces…. ¿Cuántos regalos deberían recibir los niños por navidad?
Expertos en este tema como Maite Garairgordobil, profesora de Psicología de la Universidad del País Vasco, sugiere que 3 regalos es una buena cantidad. Entre unos 3 y 4 regalos entre Papá Noel y Reyes Magos es una buena cantidad. Solo hay un problema a resolver: los abuelos, los tíos, los vecinos … con los que tendremos que hablar y pactar por el bien de nuestros hijos. El sentido común, una vez más será el mejor consejero y aliado, no conviene dejarse llevar por el consumismo y estas fechas pueden resultar una oportunidad excelente para educar a nuestros hijos en este sentido.
¿Qué criterios debo seguir para elegir los regalos?
A la hora de elegir los regalos debemos tener en cuenta algunos aspectos importantes:
En primer lugar, la edad del niño. Debemos elegir juguetes adaptados a la etapa evolutiva de cada niño. Por ejemplo, si son bebés regalaremos peluches o juguetes con colores, música, sonidos… a medida que empiezan a crecer podemos incluir libros y juegos que ayuden a adquirir el lenguaje o al desarrollo de la motricidad. A partir de 4-5 años podemos proponerles disfraces, puzzles, juegos de mesa que favorecen la cooperación, el aprendizaje de reglas y además, permiten disfrutar en familia. A partir de esta edad son también recomendables los juguetes que fomenten la realización de actividades físicas (bicicletas, patines…)
Debemos de tener en cuenta que el criterio de elección es el que marque el niño. Los juguetes deben ser acordes con su gusto y no con lo que los padres quieran regalar o les hubiera gustado tener a su edad.
Por último, puede ayudarnos en la elección la regla de los cuatro regalos:
- Algo que sirva para llevar (ropa, zapatos, complementos…).
- Algo para leer.
- Algo que realmente deseen.
- Algo que realmente necesiten.
Pero los adultos no debemos olvidar que los niños no necesitan recibir un montón de regalos, ni que éstos sean los más caros o sofisticados. Podemos aprovechar estas fechas para pasar más tiempo en familia y compartir momentos con los más pequeños.