La terapia psicológica es un proceso individual y adaptado a cada persona. De esa forma para cada uno los resultados son únicos y especiales en su historia personal.
Hoy os traemos el testimonio de M, un chico de 17 años que inició una terapia psicológica con nosotros hace un año aproximadamente. M, cuando acudió a terapia se describía como una persona insegura, muy sumisa y dependiente de otros. Lo cual le había generado bastantes problemas a la hora de relacionarse. En concreto, le había supuesto conflictos con su ya por entonces expareja y el circulo de amigos que compartían.
“Carta a mi mismo” se titula el testimonio que M nos regala, y en el cual refleja que no hay mejor perspectiva que la que nos otorga el momento presente. Nos permite evaluar lo ocurrido una vez superadas las dificultades, y de repente, eso que en un comienzo parecía oscuro e inabarcable, se “abre” ante nosotros. Este distanciamiento nos permite separar los elementos que conformaban la red que nos tenía atrapados, y nos da el poder de elegir no volver a enredarnos en un futuro (precisamente gracias a haber atravesado ese momento de enredo). Permitiéndonos, en palabras del propio M, “centrarnos en lo que consideramos importante”.
La constancia, el hábito y la importancia de valorarse uno mismo por encima de todo son otras de las claves que M desarrolló gracias a su trabajo a lo largo de su proceso terapéutico.

Desde Alcanza queremos agradecerle su implicación durante toda la terapia. También agradecer el permitirnos publicar algo tan personal con el fin de motivar a otros. Acudir a terapia psicológica puede ser el primer paso para afrontar y superar las dificultades.
Os dejamos la transcripción de la carta.
«Carta a mí mismo»
“Lo haces bien, no corres, no paras, eres alegre a menudo amable. Tienes buenas intenciones, piensas en los demás, pero más en ti. “Eres valioso”, “tienes talento”, “llegaras lejos” te dicen a veces. Puede ser cierto, pero tienes que ser valioso para ti mismo, lo demás es secundario. No buscas problemas, a veces ellos van a ti pero sueles saber resolverlos, si no pisas a los demás ni te crees superior irá bien. Ahora no tienes problemas importantes.
Céntrate en lo que consideras importante, la familia va antes que los estudios, por ejemplo.
No corras y no pares, ten en cuenta que la tortuga ganó a la liebre”
M.