Tratamientos neuropsicológicos dirigidos a niños y niñas con dificultades en su desarrollo académico, cognitivo y emocional.
Los cuales están en pleno desarrollo a la par que se adquieren distintas capacidades cognitivas, académicas y personales. En ocasiones, este desarrollo puede verse alterado por diversas causas y afectar a distintos ámbitos de la vida del niño/a. Entre ellos, el ámbito académico, donde problemas a nivel cognitivo o emocional pueden afectar un desempeño óptimo.
Consiste en la administración y corrección de una serie de pruebas que miden distintas capacidades cognitivas del niño/a (memoria, atención, lenguaje, capacidad de planificación, etc.), así como su estado emocional y psicosocial.
La capacidad para atender, en ocasiones, no tiene el desarrollo esperado teniendo en cuenta la edad del niño/a. Realizar una adecuada evaluación que nos permita saber si ese bajo rendimiento atencional se puede considerar trastorno o no es una tarea de la neuropsicología infantil. Además, ofrecer un tratamiento adecuado que mejore la capacidad atencional del niño/a así como las conductas hiperactivas es un objetivo central en estos casos.
El desarrollo de las funciones cognitivas en la infancia va muy ligado al rendimiento académico. En ocasiones, un inadecuado desarrollo de alguna de estas funciones puede suponer una barrera para que el niño/a adquiera un adecuado rendimiento escolar. Algunas de las dificultades de aprendizaje más frecuentes son: la dislexia, los trastornos de la escritura, los trastornos del cálculo y trastornos de aprendizaje de tipo no verbal.
Ejemplos de estos trastornos son los trastornos del espectro autista o los trastornos genéticos (síndrome de Down, síndrome de Williams, etc). Conocer el perfil cognitivo del niño/a en estos casos va a ser de utilidad para diseñar programas de tratamiento individualizados dirigidos a potenciar las fortalezas y disminuir el impacto de las alteraciones.
La producción y comprensión del lenguaje es una de las capacidades más complejas que tenemos. El desarrollo adecuado de esta habilidad puede verse alterado por distintas variables tanto de tipo biológico como contextual
El daño cerebral adquirido en la infancia suele darse, principalmente, por traumatismos craneoencefálicos o por tumores. Las lesiones pueden llevar consigo alteraciones de tipo cognitivo, conductual y emocional. Detectar estas alteraciones a tiempo mediante una evaluación neuropsicológica de las funciones conservadas y afectadas, así como empezar un tratamiento individualizado es fundamental en estos casos.
En este primer contacto se trata de recoger toda la información pertinente al estado médico, psicológico, cognitivo, funcional y social del niño/a. Se revisan pruebas médicas (resonancias, TACs, etc.) y se explica en qué consiste este tipo de evaluación tanto a sus padres como al niño/a.
Se pasarán las pruebas que se consideren necesarias para conocer el funcionamiento cognitivo, conductual y emocional del niño/a. Se contrastarán los resultados de estas pruebas con lo esperable para su edad para comprobar si existe alguna alteración.
Se cita a la familia para transmitirles la información que ha aportado la corrección e interpretación de las pruebas. En caso de que se detecte algún tipo de déficit en la evaluación, se realizará un informe con los resultados encontrados y las pautas a seguir en los distintos ámbitos de la vida del niño/a.
Se planteará a la familia, si fuese necesario, un programa de intervención dirigido a trabajar aquellos déficits encontrados. La intervención abarcará distintas áreas tanto del niño como de su entorno.
Este tipo de evaluaciones no tiene una duración fija ya que depende de diversas variables. Se puede estimar que la duración sea de unas 2-4 sesiones de aproximadamente 1 hora.
La intervención se diseñará en base a los resultados observados en la evaluación previa. Cada intervención es única, al igual que cada cada niño/a y cada familia, por lo que se intervendrá de forma individualizada sobre tres áreas principales:
Mediante el uso de ejercicios y juegos se estimularán aquellas funciones cognitivas que así lo requieran. Se aprovecharán los puntos fuertes del perfil cognitivo que haya mostrado la evaluación para que sirvan de base a la estimulación de las funciones deficitarias.
La esfera emocional va de la mano de la cognitiva y por ello es importante incluirla en el plan de intervención si fuese necesario. Unas habilidades de regulación emocional bien desarrolladas van a repercutir positivamente no solo en el área cognitiva sino también en el social y académico.
Una gran parte de la vida infantil tiene que ver con el ámbito académico. Es por ello que las intervenciones que realicemos tendrán en cuenta como las dificultades presentes están afectando al rendimiento escolar y la capacidad de aprendizaje. El trabajo con los profesores en este caso será fundamental.
Además de las tres áreas de intervención mencionadas, desde Alcanza Psicólogos ofrecemos un servicio para padres y profesores dirigido al manejo conductual de niños/as que requieren atención neuropsicológica.
Los problemas cognitivos, emocionales y/o académicos suelen venir acompañados de problemas de comportamiento que hacen necesaria una intervención conjunta entre el psicólogo, la escuela y la familiar. Se enseñará a padres/madres y profesores técnicas de modificación de conducta dirigidas a modificar aquellos comportamientos que se requieran tanto en el ámbito escolar como doméstico.
Psicólogos con diferentes despachos en la Comunidad de Madrid. Nuestro compromiso es diseñar y elaborar terapias adaptadas a cada situación y persona con el fin de asesorar a cada uno en su desarrollo y avance personal.
Nuestro objetivo es facilitar el acceso a terapias psicológicas de calidad. Ponte en contacto con nosotros y encontráremos el despacho más adecuado.
Nuestros psicólogos están titulados como «Psicólogo general sanitario” tal como se exige para la labor profesional según la Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública y se encuentran registrados en el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. Nuestra labor se realiza exclusivamente en centros sanitarios habilitados por la Comunidad de Madrid.